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Titulo: “CUANDO EL AMOR SE DIRIGE A-SÍ." - Mauricio Santín Iriarte

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CUANDO EL AMOR SE DIRIGE A-SÍ.
Mauricio Santín Iriarte

"En suma:
largo tiempo antes de la pubertad
el niño es un ser completo
en el orden del amor..."*

¿El fin del análisis se encuentra lejos del amor?

Según Lacan, el fin del análisis consiste en dar lo que se tiene, y "amar, es siempre dar lo que no se tiene, y no dar lo que se tiene.*1 ¿Responde ello a nuestra pregunta?
Vamos más allá: "No fui yo, fue Platón quien lo Invento, quien inventó que sólo la miseria, Penía, puede concebir el amor y la idea de hacerse embarazar en una noche de fiesta. Y, en efecto, dar lo que se tiene, es la fiesta, no es el amor.*2
Como sabemos, el amor (Eros) implica el dominio del no-tener; empero también, el de tener, ya que éste surge tanto de Penía, como de Poros, la pobreza y la potencia, y por ello alterna entre la indigencia y el poderío. No debemos olvidar que Eros es a su vez considerado un Dios, y no uno cualquiera, sino el del Amor. Lo cual no nos desliga de la responsabilidad fálica allí expuesta.
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* Freud, S. (1907) "El esclarecimiento sexual del niño" (carta abierta al Dr. M. Furst), Amorrortu editores, vol. IX, página 117.
1 Lacan, seminario 5 clase 11.
2 Lacan, seminario 8 clase 25.

¿Cómo lidiar con esta paradoja?

El amor, según Freud, se contrapone a la autoconservación. Para Lacan la formula del amor es dar (ofertar) lo que no se tiene. ¿Qué quiere decir eso? "El amor es autoerótico y tiene una estructura fundamentalmente narcisista.3 ¿Qué se desprende de aquí? ¿Cuáles son sus implicaciones? Es el mismo Lacan quien nos aclara las cosas, en esta ocasión en el seminario uno. Allí dijo: "es al propio yo al que uno ama en el amor, el propio yo hecho real en el nivel imaginario, amar es, esencialmente, desear ser amado" … Parece entonces que a partir de esta afirmación el paciente psicosomático podría ser un especialista en el amor debido a las connotaciones de éste 4. Atendamos, pues, a lo que le es singular, a qué lo diferencia, pues la frase "amar es, esencialmente, desear ser amado" es indiscutiblemente afín a cualquier sujeto, sin embargo, existen, como veremos más adelante, algunas analogías posibles desde el que creo un texto imprescindible en temas del Amor. Me refiero al Banquete de Platón.

Propongo, modestamente, usar este texto como el eje central. Es decir, orientarnos desde aquí para cuestionar e indagar en la naturaleza y los hechos de Eros. Particularmente de éste y su posible vínculo con la problemática ya mencionada: la psicosomática.

Empecemos por tratar de entender al amor: ¿Qué le es propio?, ¿Qué es lo que busca, si es que busca algo?, ¿A quién se dirige? ¿Cómo surge? ¿Qué le antecede?

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3 Lacan seminario 11 clase 14
4 Amar a su yo y desear ser amado. Características ambas del narcisismo primario.

El amor no se dirige a lo que su objeto tiene sino a lo que le falta, a la nada que está detrás de él. El objeto es valorado en cuanto viene al lugar de esta falta. Aquí radica la gran diferencia entre Eros vinculado con Afrodita y un Eros vinculado con Urania 5. O lo que cotidianamente se podría entender desde las acepciones de amo en ti, a diferencia de te amo a ti, la primera vinculada con la oferta y la segunda con la llamada demanda. Como vemos, hay algunas divergencias entre el amor y el deseo, tal es el caso de la frase expuesta por Lacan en el seminario 20: "El amor mata el deseo, puesto que el amor se basa en un fantasma de unidad con el amado." En esta afirmación vemos algunas implicaciones entre el amor y el fenómeno psicosomático, pues si el amor mata el deseo evidenciamos una sobre adaptación, lo cual es característica fundamental de este fenómeno, aunque como sabemos no le es única; sin embargo, se podrán considerar aquí algunas otras dentro de las cuales el amor sigue manteniendo ese particular curso. De ser así podríamos pensar cómo ese amor afecta al deseo y cómo -particularmente- responde a esa unidad. Como sabemos el fenómeno psicosomático marca un lugar para el sujeto, tan es así que se nombra -del ser con estatuto nominal- desde su padecimiento: "soy asmático, soy diabético, soy hipertenso", etc. Es pues un lugar que demarca al sujeto, éste se sujeta de allí. ¿No habría ahí un acoplamiento, una unidad? Al parecer esta marca demarca, localiza y ubica: diferencia, pone un límite. ¿No es eso suficiente para tener función de corte? Me parece que sí. Más aún cuando sabemos que si existe localización 6 hay significante -aunque este pueda o no estar holofraseado- pues el que exista marca o impresión (Eindruck) nos posibilita una vía de acceso, más allá de que ésta se recuerde 7 o no, sino que es simplemente por su activación de donde surge por tanto su posibilidad de significación.

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5 Considérese aquí las diferencias entre el amor Afrodisíaco -de Afrodita- hija de Zeus y de Dione llamada también Pandemo que significa vulgar. Y del amor Uránico, vinculado con Urania, la cual no tuvo madre y es hija de Urano (el cielo), de allí que se le conozca también con el nombre de Celeste. Así "no todo amar ni todo Amor es bello y digno de ser encomiado, sino sólo aquél que nos impulse a amar bellamente. Pues bien, el amor de Afrodita Pandemo -continua Pausanias- verdaderamente es vulgar y obra del azar. Este es el amor con que aman los hombres viles, pues tan solo atienden a la satisfacción de su deseo (demanda), sin preocuparse de que el modo de hacerlo sea bello o no. En cambio, el de Urania deriva de una diosa". Por lo que se le debe relacionar con la nobleza de los propósitos amorosos. En el primero se persigue el goce del cuerpo, en el segundo se pone en juego la virtud (la oferta).
6 De las pocas cosas que Lacan dijo al respecto de la psicosomática es que "el goce en la psicosomática es del orden de lo congelado... Es por la revelación del goce específico que hay en su fijación como hay siempre que tratar de abordar lo psicosomático". Lacan (1975) "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma". En Intervenciones y Textos 2. Ed Manantial, impresión del 2001. Bs As, Argentina.
7 Me refiero a la marca o trauma y al hecho de que, si se recuerda, forma parte de lo ligado, a diferencia de lo que se activa y que accede a la conciencia sin un proceder representacional. Véase diferencias entre tipos de angustia. Freud (1893) Manuscrito B. Freud (1894) Manuscrito E. Y Freud (1896) Manuscrito K. Así como carta 52 (1896).


Aristófanes dice: "Así, siempre que moría una de las dos mitades y quedaba solo la otra, la que quedaba con vida buscaba otra y se enlazaba a ella, bien fuera mujer entera la mitad con que topara o varón, y así perecían." Parece haber cierta relación del discurso de Aristófanes, seres escindidos, alterados por la separación forzada, no unificados, sobre adaptados. Amor y deseo una vez más son similares en cuanto a que nunca pueden ser satisfechos. Más aún si contemplamos que el deseo nace precisamente allí en donde la demanda es insatisfecha, de la demanda que es precisamente una y no cualquiera sino la del amor. Pues la causa de este anhelo -dijo Aristófanes- es que nuestra primitiva naturaleza era la que se ha dicho y que constituimos un todo (un UNO, Absoluto); lo que se llama, pues, amor, es por consiguiente la búsqueda, el deseo, la persecución de ese todo: la unidad. ¿Contradice esto la frase de Lacan ("El amor mata el deseo, puesto que el amor se basa en un fantasma de unidad con el amado")? Me parece que no, justamente la reafirma, apuntando y señalando, la especificidad del deseo.

"Lo más importante es que el Amor no comete injusticia contra dios ni contra hombre, ni la recibe tampoco de dios o de hombre alguno. Tampoco padece violencia, si es que padece algo -continua Aristófanes- pues la violencia no toca al Amor." La virtud del amor es precisamente el auto engendramiento y que mejor ejemplo que cuando se trata de un solo involucrado, cuando éste se dirige a uno, a-sí. "No te admires pues -dijo Diotima- si todo ser estima por naturaleza a lo que es retoño de sí mismo, porque es la inmortalidad la razón de que a todo ser acompañe esa solicitud y ese amor". Diotima nos ofrece una excelente representación de la necesidad del Amor, es decir, de cómo éste representa la vida y se le antepone a la muerte después de habérsele contemplado desde sí 8.

El amor nada tiene que ver con un padecimiento, sino con un ofrecimiento dice Lacan en el seminario 1. Aceptar la falta es entonces indispensable para acceder al amor. Dar lo que se es 9 y formulas como amo en ti a diferencia de te amo a ti son claves para entender la problemática del amor. En la primera se está en el orden de la admiración, aceptación y del ofrecimiento; hay una exposición. A diferencia de la segunda -te amo a ti- en donde hay demanda, pedido de aquello de lo cual se está atraído, se trata aquí de evitar la falta.
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8 Desde sí contempla la unidad. La diferencia está a partir de sí. Es decir, en el habérsele: antes-después.
9 Lacan en el seminario 10, clase 25 dice: el sujeto es requerido ante todo por el Otro a manifestarse como sujeto, sujeto de pleno derecho, sujeto que aquí ya tiene que dar lo que es, en tanto que ese pasaje, esa entrada en el mundo de lo que él es no puede efectuarse sino como resto, como irreductible en relación con el sello simbólico que le es impuesto.


Ahora bien. ¿Qué tiene que ver la unidad con la demanda, el deseo con la aceptación? Para intentar aclararlo expondré algunas consideraciones entre la pasión 9y el amor. La pasión se podría definir, según Pierre Kauffmann, como: Jubilosa o dolorosa, entusiasta o melancólica, extática o colérica, toda pasión es una puesta en tensión del deseo y una intensificación de las emociones, incluso una puesta en escena dramatizada de lo que se verifica, se exige, se lamenta, se espera. No obstante, en el sentido del pathos, más se la sufre que se la actúa deliberadamente. Es, en efecto, por el hecho de que no se posee a si mismo que el sujeto puede ser tomado por una pasión que, si desborda los límites del yo, lo empuja a la expansión narcisista o lo amenaza con la disolución. De todos modos, el sujeto pasa cada vez por un momento de fascinación en el que es cautivado y en el que parece que el destino hiciera signo. Es éste el rasgo común que permite identificar como pasiones una serie de fenómenos: el enamoramiento, la entrada en trance, la creencia en un oráculo, el encuentro que deja estupefacto, la excitación súbita, pero también la apuesta del jugador, la obstinación del coleccionista y un largo etcétera. La pasión, en síntesis, excluye la reciprocidad. Para el apasionado, el otro se convierte en objeto de necesidad (de demanda) y está privado de aquello que sólo el objeto posibilita. Muy diferente es la naturaleza de Eros, la cual es doble como hemos visto (Poros y Penía), "lo que consigue siempre se le escurre de sus manos, de modo que Eros nunca se ve privado de recursos, pero tampoco es rico, y se sitúa, además, en el medio de la sabiduría y la ignorancia.10 Reúne así a Erastés y a Erómenos. El amor se debe a los oficios del amante, pues sólo éste es capaz de entregar y producir los signos que prueban su afección. El amado, en cambio, será quien los reciba o bien, quien los exija en la hora de la duda o la sospecha. La prueba del amor le compete al amante, mientras que su sanción es lo propio del amado. Sin embargo, lo que caracteriza al amante (Erastés), es lo que le falta, y que no sabe que le falta. Por otra parte, el amado (Erómenos) ignora lo que posee y que conserva oculto (como causa), y en esto reside el poderoso atractivo que ejerce sobre el amante (Agalma). El intercambio que se produce entre el no saber de lo que se carece (posición de Erastés como demanda sin saberlo), y no saber lo que se posee (posición de Erómenos, es decir de oferta sin saberlo) es lo que vendrá a ser revelado en la dialéctica misma de la relación amorosa. Ambos, Erastés y Erómenos juegan e intercambian sus posiciones de oferta y demanda, sólo así es posible el amor.

El lugar del amor es entonces intermedio, es decir entre dos (metaxí). Es, pues, justamente lo que aquí intento desarrollar. Como sabemos, la problemática del psicosomático es precisamente que se ubica entre dos 11, en el medio, entre el objeto y su ser. Winnicott, para ser más precisos, dice que los trastornos psicosomáticos, se hallan a medio camino entre lo mental y lo físico, no hay integración.12 Como hemos visto el lugar del amor es precisamente ese guion, ese intermedio, esa metaxí.
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9 Pasión se podría definir según Pierre Kauffmann como: Jubilosa o dolorosa, entusiasta o melancólica, extática o colérica, toda pasión es una puesta en tensión del deseo y una intensificación de las emociones, incluso una puesta en escena dramatizada de lo que se verifica, se exige, se lamenta, se espera. No obstante, en el sentido del pathos, más se la sufre que se la actúa deliberadamente. Es, en efecto, por el hecho de que no se posee a si mismo que el sujeto puede ser tomado por una pasión que, si desborda los límites del yo, lo empuja a la expansión narcisista o lo amenaza con la disolución. De todos modos, el sujeto pasa cada vez por un momento de fascinación en el que es cautivado y en el que parece que el destino hiciera signo. Es éste el rasgo común que permite identificar como pasiones una serie de fenómenos: el enamoramiento, la entrada en trance, la creencia en un oráculo, el encuentro que deja estupefacto, la excitación súbita, pero también la apuesta del jugador, la obstinación del coleccionista, etcétera.
10 Parte del discurso de Sócrates refiriendo a Diotima.
11 Es un fenómeno, dice Lacan, que involucra a la Holofrase.
12 El objetivo de la enfermedad psico-somática es apartar -en ese guion- a la psique de la mente y devolverla a su originaria e íntima asociación con el soma. Considérese aquí a la mente como lo racional, lo cognitivo, a la psique como la elaboración de eso mental y finalmente al soma como al cuerpo. La mente es a su vez compensación del fallo materno, del medio, de ese que hará la diferenciación del yo-no yo. Así el paciente psicosomático crea un falso Self. En su defensa organizada, mantiene separada la disfunción somática del conflicto psíquico. Se ubica así en un lugar intermedio.


Llegados aquí aventuro una hipótesis: ¿Podría, el fenómeno psicosomático, ser considerado una demanda erótica como amante (Erastés) que pretende dar cabida al ser a través del objeto como puede ser el amado (Erómenos)? Más específicamente: ¿Es el que hacer psicosomático una problemática erótica entre quien padece (demanda) y quien está en posibilidad de dar (ofertar) sin que se dé cuenta -aún- de la distinción, es decir, de la diferenciación 13? Yendo más allá y tratando de simplificar, aunque no de facilitar: ¿Se trata entonces de Eros, desde sus particularidades, y no de Thanatos, lo que se nos ofrece en el fenómeno psicosomático?
Como sabemos, el amor escapa a lo imaginario y también de la dialéctica, de lo decible -verbalizable y/o representable- de lo simbólico. No hay amor sin un saber que esté comprometido, y no hay campo del saber donde el amor no se suscite en algún costado, en algún borde. Formulas como: "amar es dar lo que no se tiene a quien no lo es 14 y que además no lo quiere, reflejan la situación en donde se desenvuelve y surge el amor. Este se organiza a partir de un engaño, quizás el más radical, pues lo que no se tiene es el objeto, y lo que no se es, es precisamente éste: el amor. El ser y el destino parece que se juegan en función de éste.

La pasión amorosa, su furioso ímpetu como Alcibíades vendrá a demostrarlo, procede del defecto estructural de todo objeto, y de la precariedad ontológica del ser, alcanzados y reunidos en el amor. Empero no desde una instancia imaginaria, pues el amor, en tanto oferta, no puede corresponder a una plenitud imaginaria, sino por el contrario corresponde a una lógica real, ajena a lo simbólico en su posibilidad de tramitación y/o verbalización, pero no en su posibilidad de representación, en tanto que corresponde a un saber que no se sabe que se sabe. Es así como hace existir a quien no lo es como condición de su entrega y destino.

Bien dice Albano (2005): "El inconsciente es la suma de los efectos del lenguaje sobre el sujeto, la interpretación será la forma de localizarlo en el campo del otro, y el amor, un modo de habitarlo. Por ello mismo, el amor es deudor del ser como lo es de la muerte, y será en su pliegue con el saber, el resorte donde se impulsa desde allí la dialéctica de la transferencia." El amor se ubica entre lo real y lo simbólico. Así lo siniestro como el goce, hará su representación de aquello acontecido, de aquello que nos trasciende, de lo que no conocemos y/o identificamos.
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13 Aludo, obviamente, a las diferencias antes planteadas respecto de la unidad y de la diferenciación.
14 Lacan. Seminario 8.

Su vínculo está delimitado por el conocimiento, tanto de uno como de otro, empero también contamos con el desconocimiento de ambos, de allí que pueda tomar cualquiera de sus dos formas. De deseo-goce o de manera siniestra-amorosa. El esclarecimiento, la línea divisoria puede ser tan tenue como aquello tópico entre la vigilia y el sueño.

Separar, del latín separare, es engendrar, dar origen, es generar amor.

Hay un morir
No me lleves a sombras de la muerte
a donde se hará sombra mi vida,
donde sólo se vive el haber sido.
No quiero el vivir del recuerdo.
Dame otros días como éstos de la vida.
Oh no tan pronto hagas
de mi un ausente
y el ausente de mí.
¡Qué no te lleves mi Hoy!
Quisiera estarme todavía en mí.

Hay un morir si de unos ojos
se voltea la mirada de amor
y queda sólo el mirar de vivir.
Es el mirar de sombras de la Muerte.
No es muerte la libadora de mejillas,
esto es Muerte: Olvido de los ojos mirantes.

Macedonio Fernández 1912*


El triunfo de Eros dependerá de la convergencia a diferencia de la disparidad o divergencia; lo cual nos conduce una vez más a considerar al fenómeno psicosomático como un punto de encuentro entre el deseo y la demanda. Se muestra allí el objeto agalmático, el cual -por obvias razones- no ha saciado las necesidades del primero, es decir del psicosomático. Parecería entonces, como en el discurso de Diótima, "que el amor no es un dios sino un demonio". O quizás se tendría que reformular las concepciones del amor en tanto Eros (pulsión erótica, sexual o de vida) y Thanatos (pulsión egoísta y de muerte). Pues nunca está demás saber que "el hombre aspira a destruirse en esto mismo en lo que se eterniza.15 Unidad no es sinónimo de convergencia. Más aún si consideramos que es la mirada la que hace surgir al interrogante, y es a su vez este interrogante el propiamente humano. Entonces, ¿cómo no indagar en las profundidades para resolver los temas del amor?
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* Poema titulado "Hay un morir" de Macedonio Fernández (1912). En "Relato, cuentos, poemas y misceláneas" Obras completas volumen 7. Ediciones Corregidor. Bs As Argentina.
15 Lacan, seminario 8 clase 7.

Bibliografía:

" Albano, S. (2005) "Platón el Banquete" Ed. Quadrata. Bs As Argentina.
" Evans, D. (1997) "Diccionario introductorio de psicoanálisis lacaniano" Ed. Paidós. Argentina.
" Fernández, M. (1912). "Relato, cuentos, poemas y misceláneas" Obras completas volumen 7. Ediciones Corregidor. Bs As, Argentina.
" Freud (1893) Manuscrito B. Ed Amorrortu. Bs As, Argentina.
" Freud (1894) Manuscrito E. Ed Amorrortu. Bs As, Argentina.
" Freud (1896) Manuscrito K. Ed Amorrortu. Bs As, Argentina.
" Freud (1896) carta 52. Ed Amorrortu. Bs As, Argentina.
" Freud, S. (1907) "El esclarecimiento sexual del niño" (carta abierta al Dr. M. Furst). Ed Amorrortu. Bs As, Argentina.
" Freud, S. (1914) "Introducción del narcisismo". Obras completas. Ed. Amorrortu. Bs As, Argentina.
" Graves, R. (1984) "Los mitos griegos". Ed. Ariel. Barcelona, España.
" Hornstein, L (2004) "Proyecto terapéutico" Ed. Paidós. Bs As, Argentina.
" Lacan, J. Seminarios: 5, 8, 10*, 11 y 20. Ed Paidós. Bs As, Argentina.
" Lacan, J. (1975) "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma". En Intervenciones y Textos 2. Ed Manantial, impresión del 2001. Bs As, Argentina.
" Marty, P. (1995) "Psicosomática del adulto" Ed. Amorrortu. Bs As, Argentina.
" Winnicott, D. (1979) "Escritos de pediatría y psicoanálisis" Ed. Laia. Barcelona, España.
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* En su versión digital.

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